El pasado jueves 20 de octubre, la escuela 11, República Federativa del Brasil, festejó sus 100 años.En el acto aniversario, la maestra directora, Sandra Brum, destacó el compromiso con la educación pública, resaltando la vocación de los docentes: «es de destacar su importancia social en una sociedad que alienta la formación de valores y principios sin exclusiones, y esto lo rescatamos en el fondo de nuestra propia historia, desde siempre los orientales comprometidos en difundir el conocimiento» -expresó Recordó que hace 100 años, «apenas saliendo de una desgarradora guerra civil que enfrentó a hermanos contra hermanos», se fundaba esta escuela, que en principio fue identificada con el número 54, fuera de la ciudad, bajo la categoría rural: «con la clara intención de incorporar al sistema educativo, todavía incipiente, a todos sus ciudadanos, comenzando a funcionar en el barrio Mendoza a los 20 días del mes de octubre pero del año 1911, siendo su primer director la señorita Isabel Rodríguez», señaló.
Dijo que el colectivo educativo que hoy integra la escuela 11, «continúa la labor educativa vistiendo cada dia la túnica blanca, emblema de la educación pública, dando lo mejor de cada uno, trabajando con la colaboración de padres y de otras instituciones. Finalmente, debemos aprovechar esta celebración para que cada uno de nosotros, desde el lugar que nos toque actuar, autoridades, docentes, padres y alumnos, reafirmemos nuestra vocación de aportar a la cultura nacional, porque el patrimonio cultura! de un país es el reflejo de la actividad humana, de ahí la necesidad de trabajar activamente por una educación cada día mejor, distintiva del ser nacional: felices 100 años de escuela 11», sentenció.
En tanto, !a Inspectora Departamental de Primaría, maestra Socorro Sosa, al hacer uso de la palabra, comentó: «100 años como la luz del sol, y sin duda en esa frase emblemática acuñada por José Pedro Várela señamos este acto de conmemoración, de festejos».En la oportunidad, se refirió a la ley General de Educación, la 18.437, «ya que ella representa, sin duda, lo que todos nosotros queremos para la educación pública uruguaya en el siglo XXI; tal vez del pasado, rescata la ley de Educación la laicidad, la obligatoriedad y la gratuidad, pero también, no menos importante, nos tiene allí cuidadosos, muy recelosos de esos otros principios que también la ley plasmó y que tienen que ver con la participación, tienen que ver con el cogobierno y tiene que ver con la economía.
Ésa profundización es democracia en la escuela pública, que fue acuñada solamente desde una mirada, sino que se ha pensado desde un debate amplio y público que muestra un proceso de una educación pública con la participación de todos, y ese es nuestro desafio, porque en exclusividad nada se construye, este es un trabajo de equipo», sentenció.
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